Ciento cincuenta organizaciones sociales de los países de la Comunidad Andina desarrollamos 64 iniciativas regionales en temas de medio ambiente, seguridad alimentaria, derechos de los pueblos indígenas, de los afrodescendientes, de los migrantes, de género, comunicaciones, desarrollo fronterizo, entre otros. Realizamos un total de 327 eventos que contaron con la participación de 3,964 organizaciones sociales, y se elaboraron 504 productos comunicacionales (202 programas radiales, 138 plataformas virtuales, 55 videos, 38 boletines, 20 libros y memorias, 51 otros materiales de difusión), llegamos a más de 75 mil personas de manera directa y creamos 11 redes andinas que articulan diversas expresiones sociales de la región, en el marco del proyecto “Acción con la Sociedad Civil para la Integración Andina – SOCICAN”, promovido por la Secretaria General de la Comunidad Andina CAN y con el apoyo financiero de la Unión Europea.
Por primera vez en los 40 años de historia de la Comunidad Andina, se ha planteado un programa que vincula directamente a la sociedad civil en la construcción de la integración regional. Se ha marcado un hito desde la firma del Acuerdo de Cartagena en 1969, al pasar de una integración económica y comercial a una integración social y cultural que abre sus puertas a los ciudadanos y ciudadanas.
Las organizaciones sociales de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, reunidas en Lima, con motivo del Taller de sistematización del proyecto SOCICAN, queremos resaltar que una “integración integral” pasa necesariamente por superar el déficit democrático y de participación social que ha caracterizado a la Comunidad andina en las últimas décadas y que en los últimos años se ha planteado, de manera acertada, subsanar. Pero la “integración integral” también implica que los habitantes de los cuatro países de la región nos reconozcamos y asumamos como ciudadanos y ciudadanas andinas, apropiándonos de los avances que en materia económica, social y cultural ha venido construyendo la CAN.
El proyecto SOCICAN fue una primera aproximación del Sistema Andino de Integración a la sociedad civil de la región, que dinamizó procesos, permitió que las organizaciones sociales trabajáramos de manera articulada desde una perspectiva andina e integracionista, nos hizo sentir por primera vez ciudadanos y ciudadanas partícipes del proceso integrador, y abrió nuevas perspectivas de acciones conjuntas.
Después del SOCICAN, el tema de la participación social en la integración andina plantea nuevos desafíos y posibilidades. Nuevos actores que nos hacemos parte de la construcción andina: como los migrantes, ambientalistas, consumidores, campesinos, educadores, mujeres, afrodescendientes, indígenas, comunicadores, quienes junto con las expresiones ya institucionalizadas de participación como los Consejos Andinos de Empresarios, de Sindicalistas e Indígenas, nos plantea la necesidad de repensar juntos nuevas formas de participación que superen las limitaciones de los actuales mecanismos, caracterizados por la falta de recursos, información insuficiente, así como la escasa facilitación gubernamental para una mayor inclusión de la sociedad civil en la construcción andina.
En este contexto, la Secretaria General de la CAN y las organizaciones sociales enfrentamos nuevos retos: asumir el compromiso de darle continuidad a los procesos iniciados y seguir generando nuevos espacios y mecanismos de participación, tales como el registro de organizaciones sociales y la creación de un Consejo Social Andino, que abra las puertas a las múltiples formas de expresión existentes en la región.
Pero hay un compromiso que corresponde a nuestros gobiernos. Su real voluntad de avanzar hacia la integración integral, que promueva la participación social y destinando los recursos para tal fin. Por lo que se requiere un dialogo político y social que trascienda los limites estrechos de las soberanías nacionales, los cálculos políticos de corto plazo, y la desconfianza, hacia una visión andina que potencie nuestras fortalezas como sociedades que reclamamos nuestro espacio en un mundo cada vez mas interdependiente.
Saludamos la Agenda Estratégica Andina y sus principios orientadores aprobada por el Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores reunidos en Lima el pasado 5 de febrero, y cuyo primer punto plantea la “participación de los ciudadanos andinos por la integración” En respuesta a este mandato solicitamos que la SG-CAN impulse un proceso de consulta para la elaboración de una Decisión que institucionalice los mecanismos de participación de las organizaciones de la sociedad civil al interior de la Comunidad Andina, que acompañada de una Cumbre Política y Social Andina de los pueblos, gobiernos e instituciones del sistema de integración, sienten las bases de una refundación de la Comunidad Andina en la que todos asumamos nuestras responsabilidades en la nueva arquitectura de integración de nuestros pueblos, sociedades y estados.
En aras de nuestro compromiso con este proceso, las distintas redes y grupos temáticos conformados durante el proyecto SOCICAN, hemos generado nueve acuerdos de sostenibilidad a los procesos iniciados, con lo que expresamos nuestra voluntad de seguir construyendo tejido social andino, y de ejercer un seguimiento a los procesos y mecanismos de integración, que garantice la transparencia en la ejecución de los recursos destinados a la promoción de la participación.
Agradecemos a la Unión Europea el apoyo a este proceso, y los invitamos a continuar haciéndolo, igual invitación le hacemos a otros gobiernos, organismos internacionales y agencias de cooperación, pero sobre todo, a nuestros gobiernos, para que acompañen sus intenciones integracionistas con los recursos que hagan posible una mayor participación ciudadana.
La crisis económica mundial, el calentamiento global, resultado de la manera como producimos, consumimos y nos alimentamos, pone en evidencia no solo una crisis del modelo de desarrollo contrario a la vida y a la naturaleza en su conjunto, evidenciando cada vez una crisis de civilización que convoca a la humanidad a repensarse; emergiendo desde nuestros ancestros el concepto de de origen quechua, Sumak Kawsay o “buen vivir” introducido en las recientes constituciones de Ecuador y Bolivia, que nos plantea repensar nuestro lugar en la naturaleza, y los derechos de la madre tierra, en una nueva escala de valores, en un nuevo orden natural, donde el ser humano esté obligado a entender y cumplir sus obligaciones con naturaleza, a actuar para asegurar el equilibrio de su convivencia con la “Pachamama” y con su propios congéneres, configurando un nuevo paradigma, que los pueblos andinos podemos y debemos compartir con todos los pueblos del mundo, pues al fin y al cabo todos somos habitantes del “planeta azul”, y todos somos uno en el viaje de la vida.